martes, 22 de septiembre de 2009

Pregón Semana Santa

Pregón Semana Santa 2009 Tarazona de la Mancha.

PREGON SEMANA SANTA 2009 - TARAZONA DE LA MANCHA

Buenas tardes a todos, Sr. cura párroco D. Antonio, D. Enrique, presidentes cofradías, . . . .

Saludos a mis predecesores en el pregón Juan y Antonio.

También quiero agradecerle a mi mujer María Teresa, el tiempo que me ha dedicado con este pregón.

Y un recuerdo muy especial a todas esas personas, que ya no pueden estar con nosotros y que han dejado huella en nuestras vidas.

Cuando me propusieron hacer el pregón de Semana Santa, la primera reacción fue decir, que no tenia tiempo, que yo vengo al pueblo cuando puedo y que como mucho podría venir dos o tres días de Jueves Santo a Domingo, pero al tiempo mi otro yo, el que me saca de la comodidad, me decía, adelante si es una propuesta muy hermosa y además te hace ilusión, porque no vences los miedos y dices que si, si es un honor y una alegría el que hayan pensado en ti para este precioso acto.

Y así fue, me dije, adelante, cogí el teléfono y le dije a Antonio que fue quien me llamó, que si, que lo preparo y la verdad es que conforme íbamos hablando, iba perdiendo el miedo al compromiso, a no saber hacerlo, a no estar a la altura…

Pero pensando en vosotros me decía, que no se trata de un examen, que es compartir un sentimiento y una fe con todos, que sois, mi familia, mis amigos, mis paisanos, en definitiva gente que quiero, y viéndolo así fui eliminando barreras y aquí estoy.

Además recordando las palabras de Juan Pablo II, “No tengáis miedo”, me animaba, me fortalecía y me confirmaba que compartir nuestra fe, nuestras creencias, en definitiva, nuestro estilo de vida, no es motivo para tener miedo sino todo lo contrario, para los cristianos ha de ser motivo de alegría propagar y compartir nuestra fe.

Y como sabéis, este es el año que la iglesia dedica al apóstol San Pablo, que por medio de sus cartas, nos sirve de guía y de apoyo para profesar y vivir nuestra fe, se que todos a veces, necesitamos momentos de recogimiento y de estar solos, pero no debemos escondernos en un rincón para rezar, este es el año de los laicos, el año de sacar y vivir nuestra fe en la calle, en nuestros trabajos, en definitiva, donde estemos.







La Semana Santa es la manifestación religiosa más grande, por lo que representa y más multitudinaria por la participación, es la manifestación de la religión en la calle.

La Semana Santa hay que vivirla y sentirla es transportarte en cuerpo y alma dos mil años atrás y meterte en la piel de los personajes que la vivieron realmente, que grado de sufrimiento tendrían todas aquellas personas que querían y que seguían a Jesús al ver como se iban sucediendo los acontecimientos en la semana de pasión y que explosión de alegría sentirían cuando supieron que había resucitado.

El primer gran acontecimiento que vivimos es el domingo de Ramos, donde vemos a Jesús como es recibido en olor de multitud, como un rey, a lomos del borrico que aun no había montado nadie, según nos relata el evangelio de San Lucas.

Es un domingo especial, de alegría, de color, de estrenar, con las palmas, es salir del letargo del invierno y pasar a la primavera, es quizá el último sorbo de alegría y aire fresco antes de entrar en la semana de pasión, semana en la que dedicamos nuestro tiempo a diversas actividades, por una parte a participar en los actos litúrgicos y por otra y también necesaria, la gastronomita que es la parte que trataremos primero antes de meternos en harina de otro costal.

Porque como bien podemos leer en Eclesiastés, vemos que hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el cielo, tiempo de reír, tiempo de llorar, tiempo de trabajar, tiempo de descansar, tiempo para orar, . . .y ahora es el tiempo de preparar la Semana Santa.

Por eso a partir del lunes, mientras que unos preparan los pasos y organizan las procesiones, para que todo este a punto y no falte detalle, otros se dedican al tema culinario, en estas fechas, nuestras cocineras/os tienen faena, porque todo es importante y no puedo pasar por alto nuestra gastronomía, con la gran variedad de platos y dulces que se preparan estos días.












Fritillas, torrijas, rolletes, barquillos y no se cuantas cosas más.

Pero en mi familia recuerdo, el aguamiel que hacían mi abuela Ana Maria y mi abuelo Nicolás. Recuerdo ver al albuelo en su casa de la calle de las huertas, en el patio con una caldera grande puesta en la lumbre, con agua caliente para separar de las puntas de los panales la cera de la miel, lo recuerdo ataviado con un mandil, bueno no era un mandil más bien era un saco “atao” con un vencejo en la cintura, bueno el caso es que le daba vueltas al caldo de la caldera, mientras que mi abuela pelaba zanahorias y calabazas para hacer el aguamiel.

Bueno la mayoría de vosotros conocíais a mis abuelos pero para quien no lo sepa deciros que hacia el aguamiel porque tenían colmenas a orillas del río Júcar y allí iba a cortar la miel con el carro y el burro, porque si hacéis memoria casi todos los abuelos de antes tenían un burro.

Algunas tradiciones se pierden pero esta, gracias a Dios y a mi tía Sergia se conserva, porque sigue haciendo aguamiel para que no se nos olvide esto y otras muchas cosas de nuestros abuelos.

También recuerdo que las fritillas duraban poco, nos cundía más de comer recién hechas, que a mi madre de hacer, y por supuesto también se hacían bañadas con agua y miel.

Otro recuerdo que tengo, es el de ver en una taleguilla o en una bolsa, los canutos de caña, que no eran dediles, (estos se usaban para trabajar, no para hacer dulces); los canutos a los que me refiero son los de hacer barquillos y por supuesto los que nos hemos criado en la cultura de reutilizar las cosas los guardábamos de un año para otros y poder seguir usándolos, no habían llegado aún estos tiempos de usar y tirar.

Y continuando con las tradiciones, el menú se repetía en la practica totalidad de las casas, potajes, bacalao con tomate y tortillas variadas de patatas, cebolletas y así durante todos los días, eso si de los postres y los dulces también dábamos buena cuenta.









Retomamos la Semana Santa, volviendo como decía al principio a los personajes que la vivieron hace dos mil años en primera persona.

Y entre los personajes que vivieron con Jesús, resaltare los más cercanos, como Pedro hombre fuerte y valiente, pero aún así lo negó tres veces. Que pasaría por su cabeza para llegar a esa situación, que pensamientos le atormentarían, al ver que el todopoderoso, se sometía a tantas humillaciones y a una muerte de cruz obedeciendo el mandato del Padre.

Igual no lo negó por miedo, quizás fue porque los planes que tenía Pedro no eran los de Jesús, de ahí su desesperación y su confusión.

Quien de nosotros no ha tenido momentos de desesperación y de confusión ante la perdía de un ser querido o en los acontecimientos de la vida donde las cosas nos vienen mal y nos preguntamos porque me ha tenido que pasar esto.

Por nuestra fe aceptamos las pruebas que Dios nos pone y vemos que después de la pasión, tal y como le ocurrió a Jesús, llega la resurrección y la esperanza que nos hace seguir adelante.

Otro personaje querido es San Juan, el discípulo fiel, el que siempre esta ahí, el que nos acompaña y nos consuela siempre, el amigo incondicional que sabemos que siempre esta ahí para lo que necesitemos.

La Verónica y Maria Magdalena, representan a las personas que están dispuestas a ayudar, que se adolecen del mal del semejante, que les molesta, rechazan y no toleran la injusticia, y se mojan, no se encogen de hombros, no esconde la cara y se exponen a que les puedan pegar o castigar cuando se acercan a Jesús a limpiarle la cara o a darle de beber cuando iba camino del calvario.

De Maria, no hay palabras para describir el ejemplo que nos da, y no solo durante la pasión y muerte de su hijo, sino que su abnegación ya empieza en la Anunciación, a partir de aquí ya es una entrega incondicional, es un renunciar al yo para darse a los demás, a todos los demás, a todos nosotros.











Nos sirve de entrega y renuncia a uno mismo y ponerse al servicio de todos, nos hace reflexionar y nos reta a no ser egoístas, a ser generosos y a tender la mano a quien lo necesita, al igual que cuando necesitamos algo le pedimos a ella para que interceda por nosotros y por nuestros seres queridos.

José de Arimatea, ofrece su sepulcro nuevo excavado en la roca en su huerto, y aunque tenía miedo por si lo relacionaban con los cristianos, pidió permiso para llevarse el cuerpo y darle sepultura.

Después de estos ejemplos, vemos que en este mundo actual, tan revuelto, tan egoísta y donde cada uno va a lo suyo, se necesitan personas que se parezcan a estos santos personajes.

Personas como Pedro, valiente decidido, incluso con sus fallos y debilidades.

Personas como Juan, fiel, el que acompaña, el que siempre esta ahí.

Personas como La Verónica y Maria Magdalena, que no escondamos la cabeza pensado que lo que les pase a los demás no va con nosotros, que salgamos al ruedo a dar la cara a ayudar a quien lo necesite, vecinos, amigos, colaborando con alguna O.N.G.

Personas como la Virgen Maria, callada, entregada, disponible, atenta.

Como José de Arimatea que ofrece lo que tiene, en este caso el sepulcro, pero aplicado a nosotros bien nos puede sugerir, decir, que nuestra casa sea de puertas abiertas, que seamos acogedores.

Y se necesitan personas como vosotros, trabajadores, que altruistamente estáis ahí para lo que se os pida, gracias por vuestra disponibilidad, a los miembros de las cofradías, a los grupos de cornetas y tambores, a los nazarenos, manolas y tantas y tantas personas que con su labor callada hacen que todo esto sea posible y que todo este a punto.

Podéis sentiros orgullosos, de cómo cada uno de vosotros en vuestro cometido, hacéis posible que la Semana Santa sea vivida y sentida en nuestro pueblo.








Y al hilo de estar a gusto con uno mismo, recuerdo el saludo que nos hacia D. Victorio el que fuera obispo de Albacete y posteriormente de Alicante. Al saludarle te preguntaba como estas, ¿Estas bien? Y terminaba diciendo “Estas contento”, estas son las palabras mágicas “Estáis contentos” con lo que hacéis, con lo que estáis preparando, con el sentido que cada uno le vamos a dar y como vamos a vivir esta Semana Santa, pues si estáis contentos, es que todo va bien y no olvidéis que se nos pedirán cuentas de si hemos sido felices.

Y para ser felices y estar abiertos a la renovación y a una nueva vida hemos de desprendernos de lo viejo, como hacemos en la misa de la Vigilia Pascual, con la lumbre, es quemar lo que nos ata, lo viejo y emprender una nueva etapa. Es el momento de cambiar, si estamos mal con alguien, o hace tiempo que no lo vemos y se ha ido alejando de nosotros, quizás es el momento de hacer las paces, de acercarnos, y para esto hay una frase que me gusta mucho “No recordar la marcha, celebrar el regreso”.

Siempre me he `planteado, las palabras “Ir ligeros del equipaje”, que para andar o hacer un recorrido cuantos menos peso llevemos mejor, que las cosas terrenas no son tan importantes como creemos.

Y el peso para mi significa que llevamos muchas cosas innecesarias en la mochila, complejos, envidias, rencores, critiqueo, eso no nos sirve para nada, creo que llevamos muchas cuentas y si queremos emprender una nueva etapa debemos de desprendernos de todo eso.

Aparte también debemos liberarnos de las culpas, las culpas que nos acompañan y nos pesan como una losa durante nuestra vida, no quiero decir con esto que no seamos responsables, pero tampoco debemos sentirnos culpables por todo, ni ser pasotas como se dice ahora, pasando de todo y si podemos echamos las culpas a los demás, que a veces somos muy generosos repartiendo culpas. Debe ser una actitud nueva, responsable, de generosidad y ayuda a los demás.

Claro que para ayudar a los demás no vale de cualquier forma, dando soluciones sin más para salir del paso, igual tenemos que ser generosos en la escucha y dedicar tiempo a quien lo necesite, y digo que es mejor escuchar que hablar, porque como todos sabéis, se nos han dado dos oídos y una sola boca, o sea que debemos escuchar el doble de lo que hablamos.





Y se me ocurre un ejemplo, una historieta de un viajero que iba en tren y quería parar en un pueblo pequeño, que no había estación y la estación mas próxima le caía muy lejos, total que habla con el maquinista, y este le dice que no puede parar, que como haciéndole un favor podía aminorar la marcha, el viajero saltaba del tren con cuidado, y al caer al suelo seguía corriendo un poco en el sentido de la marcha para evitar caerse y así lo hicieron.

Total que al apearse y correr al lado del tren un viajero que estaba en una puerta del vagón, lo coge del brazo, lo sube al tren, el tren acelera y el que le cogió del brazo y lo volvió a subir al tren le dice, menos mal que lo he podido ayudar si no es por mi, pierde usted en tren.

Esto es a lo que me refiero que no podemos ir dando consejos y soluciones gratuitamente, diciendo tu lo que tienes que hacer es esto o lo otro, debemos cambiar la actitud y escuchar al que tenemos al lado, será la mejor forma de ayudar, igual solo necesita que le escuchemos.

Y para ello nosotros debemos de tener paz, porque no se puede transmitir ni dar algo que no tenemos.

Y al hilo de la palabra paz, sabíais, que se hizo una encuesta y fue la más votada como la mejor palabra, no en vano Jesús siempre saludaba, diciendo “Paz a vosotros”.

Y tras estas reflexiones, si trasladamos los personajes de aquella época a los tiempos actuales, preguntémonos cada uno, con cual nos identificamos más, o cual nos da mejor ejemplo según nuestra forma de ser, ¿de que ve voy a desprender?, ¿En que estoy dispuesto a cambiar?.

Con esta actitud positiva y propósito de cambio entramos en la Semana de Pasión.












Semana Santa, que comenzamos a vivirla y a prepararla en la cuaresma, desde el recogimiento, meditando sobre los acontecimientos que van a ocurrir en la Semana de Pasión, muerte y Resurrección de Jesús, el preparar que todo este a punto, de organizar los actos litúrgicos, que no se quede ningún cabo suelto, que todo vaya a salir de forma que no falte un detalle.

Ya paso la alegría, la euforia del Domingo de ramos, y ahora vamos a ver como la vivimos y la sentimos cada uno de nosotros.

Comenzando por la procesión del Miércoles Santo, procesión de “La Sentencia”, con nuestro cristo de Medinaceli, imagen que representa el momento en que Pilatos, dirigiéndose al pueblo judío, les dice “Ecce Homo, he aquí el hombre”.

Sabéis que se venera en Madrid, en la Iglesia de Jesús de Medinaceli, que está en la Plaza de Jesús, junto al paseo del Prado. La talla data del siglo XVII, y fue hecha en Sevilla, fue llevada a Marruecos para culto de los soldados españoles, cae presa de los moros en 1681 y rescatada por los trinitarios y llevada a Madrid en 1682.

Tiene fama de milagrosa y la veneran los madrileños los primeros viernes de mes, formándose colas interminables para entrar a besar su pie.

Acompañan a este paso, Santa María Magdalena, San Juan Evangelista y la Virgen de la Esperanza Macarena.

Por cierto como todos sabéis en Sevilla tienen la Virgen de la Esperanza de Triana, porque así se llama el barrio donde esta la Iglesia en que la veneran y la otra imagen es la Esperanza Macarena, esta cofradía data del siglo XVI, y cuenta que eran muy pobres y solo tenían un cristo y un reloj que pensaban utilizar para poner en la torre.

Por aquellas fechas llego un viajero de las américas, que estaba enfermo y al poco murió en el hospital sin hacer testamento y entre las propiedades que se trajo de allá, estaba la imagen de la virgen, y claro todo lo que tenia se quedó en el hospital y esta cofradía que solo tenia el reloj, le pasaba el reloj al hospital y estos le prestaban la imagen para la procesión y luego la devolvían, hasta que un año dejaron de hacerlo y tras pasar varios años ya se quedo la imagen en la iglesia, del barrio de Macarena, y para seguir con las anécdotas deciros, que Macarena viene de haber fundado el barrio de este nombre, sobre la propiedad de un romano importante de aquella época que se llamaba Macario.


El Jueves Santo, recordamos la última cena, donde Jesús dice a los apóstoles “Lo mismo que he hecho yo con vosotros, hacer vosotros a los demás”.

Otro signo es el lavatorio de pies. Los judíos, lavaban los pies a sus invitados en señal de cariño y de amistad, y a los apóstoles les dijo que hicieran lo mismo en señal de servicio.

Es el día de la caridad y les mandó amar a los demás porque en ellos estaba Dios.

Instituyo el sacerdocio, indicándoles que fueran servidores de todos por amor.

Acabada la cena partió el pan y lo bendijo, y dio de comer a todos, bendijo el vino y lo paso a para que bebieran, diciéndonos que hiciéramos eso en memoria suya hasta el final de los tiempos, como repetimos en cada eucaristía.

En la procesión de este día, vemos al Nazareno con la cruz a cuestas, en la procesión de “La Pasión”, acompañado de La Verónica, (Imagen que encargó hacer el párroco D. Antonio Pérez en 1957 al escultor valenciano D. José Diez, y que este año se cumplen los 50 años de la llegada de esta imagen a nuestro pueblo), también María Magdalena, a la Virgen de los Dolores y el siempre presente San Juan que le va indicando.

Ahí va el Nazareno,
que lleva la cruz de todos,
despacio que va sangrando,
por cargar con mis pecados.

Te llevare despacito
para poder aliviarte,
quiero ser el Cirineo,
para que tu peso cargue.

Se valiente no te pares
haz la voluntad del Padre,
ya sabes que no esta sola
la Virgen Maria, tu madre,

Que estamos todos con ella,
para mitigar su pena;
San Juan y todos los tuyos,
ninguno se aparta de ella.




San Juan personaje indispensable y querido, paso que sale todos los días con sus nazarenos de verde, color de la esperanza.

Es el amigo que nos acompaña y nos guía, el que acompaña a Maria en tanto sufrimiento y con su apoyo parece indicar que no nos preocupemos que llegara el día de la gloria de la resurrección.

Vas en el centro de los pasos,
San Juan tu que nos guías;
en medio de tanto dolor
acompañando a Maria.

Tú nunca la dejas sola,
le das ayuda y consuelo;
la quieres como a tu madre,
tu eres un hijo bueno.

Y Jesús desde la cruz,
te dijo ahí esta tu madre;
aunque tu ya lo sabias
aunque nadie te lo mande.


Tú eres el preferido,
desde la cruz, Jesús dijo;
dirigiéndose a Maria,
ahí tienes a tu hijo.


Noche del jueves, Hora Santa.

En el monumento se guardan las formas y los fieles van a orar, a meditar lo vivido en este día y también sobre lo que se va a vivir el viernes.








Viernes Santo, de color y de dolor. Procesión de “El Calvario”

De color y participación de ver tantos nazarenos por la calle San Gregorio y la perspectiva desde la ermita de Santa Bárbara, filas interminables de punta a punta llena la calle.

De color de nazarenos,
de cornetas y tambores,
de manolas que acompañan,
al Jesús de los dolores.

De color incomparable.
Calle San Gregorio en procesión,
se que todos recordamos
que desde una ventana,
te hacían una oración.

Y de dolor por ver al crucificado y sentir todo el sufrimiento que pasó hasta que lo clavaron en la cruz.

Suben hacia Santa Bárbara,
cuesta arriba y sobre el hombro,
y saco fuerzas para llevarte,
no me importan ya mis huesos,
si así yo puedo ayudarte.

Que vía crucis tan largo,
que tristeza,
que camino tan amargo;
para colgar del madero,
maldito monte calvario.

No puedo aligerar tu peso,
esto lo dispuso el Padre,
pasando por todo esto,
para así poder salvarme.

Y siempre nos preguntamos,
el porque tanto dolor;
pero en el fondo sabemos
que lo hizo por amor.



Por la tarde celebración litúrgica de la muerte del Señor y adoración de la Cruz.
Oficios. Nos reunimos para meditar sobre la pasión del Señor, de cómo Cristo da la vida por nosotros.
Adoramos el madero, donde Cristo da la mayor prueba de amor dando la vida por sus amigos por todos nosotros.

Comulgamos y se vacía el sagrario donde se guardaron las formas el jueves.

Por la noche procesión del silencio.

Viernes noche de silencio, de silencio y de dolor, es la noche más sentida, hasta el tiempo muchos años se pone en contra como si sintiera dolor, derramando sus lagrimas impidiendo hacer la procesión del entierro y otras con intenso frío agravando más el dolor, pero no importa siempre el pueblo ha estado ahí.

Nada de música
todo es silencio y dolor,
un nudo dentro del pecho,
se ha muerto el hijo de Dios.

Hileras de penitentes,
manolas mantilla negra,
acompañan al finado,
lleva dolor en el rostro,
porque todo ha terminado.

Procesión larga.
Pasos cortos,
ya no aguanto más la pena,
ya tengo el corazón roto.

Virgen de la soledad,
el nombre quiero cambiarte,
que sepas que todo el pueblo
a ti viene acompañarte.

Cobíjanos bajo tu manto,
en esta noche fría, de dolor,
Madre de todos nosotros
danos consuelo y calor.


Y por fin sábado, tercer día, ya la pena pasó y se vive la esperanza.

Sábado noche, Vigilia Pascual.

Noche de renovación a una nueva vida, bendición del fuego en la calle, que significa quemar lo viejo, quitarnos lastres. De la hoguera, encendemos el cirio pascual que representa a Cristo, y esta llama nos la vamos pasando todos los fieles.

Se celebra La Eucaristía, donde se leen muchas lecturas del Antiguo Testamento, que recuerdan la historia de la salvación hasta la resurrección de Jesús, que se lee en el evangelio.

En esta misa renovamos las promesas del bautismo, el sacerdote bendice el agua de la pila bautismal y con el hisopo bendice a los asistentes.

Esta renovación del bautismo, significa que queremos llevar este estilo de vida, que somos cristianos.

Es noche de alegría, por saber de la resurrección de Cristo, del triunfo de la vida sobre la muerte, nuestra esperanza y nuestra fe.

Y esta alegría se manifiesta en el templo y en la calle, cada cual a su manera, pero nos inunda a todos, es noche de fiesta de celebración, cada uno a su manera según la edad y costumbres.

Y tengo que acordarme de las costumbres que teníamos los jóvenes, de juntarnos todos los amigos y tras una opípara cena para combatir los fríos de la noche, nos íbamos por las calles por donde vivían nuestras amigas a cantar, bueno más bien a dar la murga, porque cantar no lo hacíamos bien, y también hacer alguna travesura que no voy a desvelar, eso si, con precaución no nos sorprendiera Pepe “El sereno”













Y el Domingo de Resurrección, que recuerdos cuando niño, con que ilusión esperábamos este día para ir a la procesión del Encuentro. Siempre teníamos el mismo dilema, ¿Qué capuchinos tiran más caramelos los del Señor o los de Virgen?.

Los coloraos que van con el Señor llevaban delante en la barriga un montón que no podían con ellos, seria todo el bulto caramelos o también llevaban almendros y bellotas.

O me voy con los verdes de la Virgen y San Juan, que pasan por las Quebras que es mi calle y también tiran muchos.


Al final nos daba igual, eso si había que saber buscar sitios estratégicos, donde hubiera muchachas, que es donde los echan, para “atirarnos al suelo” y haber quien cogía más.

Y la emoción va subiendo, Quebras Bajas, Quebras Altas, y camino de la plaza.

Ya llega La Virgen,
y no viene andando,
al encuentro de su hijo
es que la traen volando.

¡Por ahí llega!,
San Juan le va indicando;
cruza el arco de Juan y Medio,
que Jesús está llegando.

Desde la otra parte del pueblo,
más pronto que tarde,
traen corriendo a Jesús
al encuentro de su madre.

Y Por la calle Canalejas
ya llega el Resucitado,
ya están entrando en la plaza,
como ocurre año tras año.






Todo estalla de alegría,
tocan la banda y cornetas;
Hijo y Madre que se encuentran,
todo se llena de fiesta.

Hay lluvia de caramelos,
Y el himno toca la banda;
Madre e Hijo frente a frente,
Ya las lágrimas me saltan.

De ver el final feliz
recuerdos y sentimientos,
se me amontonan;
y es que no hay lugar mejor
para el encuentro,
que la plaza de Tarazona.

Y así termina cada año la Semana Santa y comienza al mismo tiempo un año nuevo una vida nueva para poner en práctica nuestros buenos propósitos.

Me despido deseándoos lo mejor y os doy las gracias por vuestra escucha, espero no haberos cansado mucho, solo deciros que:

Como yo no soy poeta,
le he puesto mucha ilusión;
espero os haya gustado,
este sencillo pregón.

Viva La Semana Santa
en nuestro pueblo de Tarazona,
la tierra del puchericho;
disfrutarla, sentirla y vivirla,
he dicho.


Blas Moreno Ramírez

Marzo 2009

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